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LA POSESIÓN DEL BALÓN.

El fútbol cuando es estudiado,  representa un algoritmo (un conjunto preescrito de instrucciones bien definidas, ordenadas y limitadas que permite realizar una actividad mediante pasos sucesivos que evitan errores) muy sencillo. El primer objetivo del  juego es poseer el balón para posteriormente transportarlo (el ataque) cerca de la portería contraria y crear las condiciones para que uno de los jugadores del equipo introduzca el balón entre la portería rival.  Por ello, la primera parte de este algoritmo, la posesión, es un factor determinante en el juego, es decir todo proceso dentro del fútbol parte de tener el balón y direccionarlo hacia la meta rival. Algunos autores caracterizan la posesión desde la óptica de la seguridad. Es decir, cuando el equipo no tiene condiciones favorables para atacar, mantiene la posesión del balón en espera de mejores condiciones. Así tenemos que una condición para que se mantenga el balón en poder nuestro sería la incapacidad de poder realizar una incursión en zona rival en condiciones óptimas para generar peligro o un ataque exitoso.
Por todo ello, la posesión del balón conlleva al jugador y al equipo direccionar la resolución de diferentes objetivos:
1º. Concretar la evolución de las situaciones del  juego, desde el ámbito de la seguridad/riesgo, para conseguir transportar el balón hacia la portería contraria. Una incursión al area rival deberá concluir en una combinación exitosa con ocasión de gol o anotación, de lo contrario debemos mantenerlo en nuestro poder para evitar que el rival inicie actividades recuperadoras y ofensivas.  
Es decir la posesión se usa como un método defensivo ultraconservador que especula con el error de la defensa rival para crear situaciones de gol, su ejecución va mas por causar un cisma en la defensa rival aprovechándose de lograr un posición ventajosa con relación a la defensa. Los desplazamientos laterales o diagonales, generan confusión en los marcajes y los goles se producen por descoordinación en el cierre de los atacantes más adelantados.
El atacante gana las espaldas rivales y rompe la línea defensiva cruzando un pase que siempre encuentra al compañero con la portería vacía o de cara a puerta con el arquero desguarnecido fuera de su meta. No hay merito ofensivo por una transición defensa/ataque ni jugadas de encarar rivales y superarlos por velocidad, por que a diferencia de otros estilos de juego basados en la velocidad, la recuperación de balón y la sorpresa, con la posesión de balon el ritmo de traslado de balon desciende, encontrándose el equipo rival estacionado en su area con sus tres líneas de jugadores ubicadas sobre el limite invisible que marca la aplicación del fuera de juego. En síntesis no se toca el balón cientos de veces por cuestiones estéticas si no más bien como un factor estratégico de traslado del balón hacia una situación favorable de ataque, para evitar la pérdida de balón,  causar cansancio mental y físico al rival, además de impedir una reacción futbolística ante una ventaja en el marcador.  Así la posesión es solo un recurso ultradefensivo efectivo.
2º. Poseer el balón para romper el ritmo defensivo del equipo contrario. Un equipo de fútbol automatiza sus coberturas y las ayudas entre las distintas líneas, la posesión mantiene al equipo defensor en constante movilidad. Al no concretarse jugadas de ataque convencionales, el balon discurre en combinaciones diagonales, laterales o pivoteos al borde del area rival, al no culminarse la jugada de ataque esto genera desconcentración, cansancio mental y los consabidos errores en el marcaje.
3º. Poseer el balón para mantener la iniciativa en el juego. Un equipo de fútbol que usa el factor posesión como recurso para ensayar incursiones en el ara rival sin finalizar las jugadas de ataque, aprende a temporizar y seleccionar el momento en que la movilidad posicional de sus atacantes o el traslado de balon ha causado una fisura en el sistema defensivo rival,  por combinación de sus atacantes o una ejecutoria individual.
El diseño de las tareas de entrenamiento para la mejora de la posesión del balón se debe de construir con el objetivo de que el equipo y los jugadores desarrollen las posibilidades que brinda en el juego la posesión del balón:
A.-Control del ritmo del juego y la ocupación del espacio. La aproximación al area rival genera mayores esfuerzos en la velocidad de traslado y la pericia en el pase, mientras más cerca a la meta el juego se acelerara por la cantidad de jugadores empleados en las tareas de recuperación y defensa. Cerca de la meta: toques cortos, dribles, paredes y pases rasantes, lejos del área: pases largos, cambios de frente aéreos, triangulaciones y desmarques.
B.-Incrementar la circulación del balón entre los jugadores, lo que conlleva un aumento de las posibilidades tácticas en el ataque. La distribución del balón implica desplazarlo hacia zonas seguras desde donde iniciar  ataques, a la vez que ampliar el terreno de disputa de balón al rival. Mientras el traslado se realiza hacia atrás está más seguro que en zonas de poco espacio y superioridad numérica defensiva.
C.-Equilibra al equipo en la posesión del balón. Jugadores en el centro de juego y jugadores lejos del centro de juego.
D.-Mejora de las lecturas del juego. El jugador aprende a poseer el balón para realizar un ataque posicional, poseer para hacer un contraataque o poseer para temporizar en el juego.
E.-Desequilibra al equipo contrario. El equipo que tarda en poseer el balón se desorganiza y esto provoca una crisis táctica temporal.
Como conclusión, poseer el balón es un factor propio del fútbol que se lo utiliza en mayor o menor grado dependiendo de la propuesta futbolística que cada entrenador desee implementar en su equipo y de la característica de sus jugadores. Existe equipos con mucha posesión, o con poca posesión y ataque demoledor que son igualmente exitosos porque en el futbol el objetivo del juego es ganar, elaborando ataques que se convierten en anotaciones,  y la posesión es el medio para alcanzarlo, pero no la esencia del juego. Mientras el fútbol se decida por anotaciones la posesión será un factor importante, visualmente atractivo pero no decisivo a la hora de ganar un partido. La exageración en la posesión del balón se convierte en un factor visualmente muy llamativo pero terroríficamente mezquino con el espectáculo pues le niega al rival la posibilidad de elaborar su juego y crear peligro, un equipo que marca bien arriba al rival, su defensa trabajan lo justo, bloquear un ataque de una delantera que llega agotada. La lucha de poder a poder, la intensidad de un partido que tiene ataques, recuperaciones y contra-ataques veloces se perdería. Como enfrentar a dos boxeadores donde a uno le han atado los guantes para que no pueda golpear al rival. Si el fútbol significa maniatar al rival no solo con la elaboración de un juego veloz, vertical y con múltiples ocasiones de gol sino ahogarlo en su propia area para que no produzca nada, como sistema es efectivo pero como espectáculo es un plomazo. Se imaginan a dos equipos usando el mismo sistema de posesión exagerada del balón.
No me atrevo a pensar que pasaría si se abandona el fútbol de transiciones veloces y ataques fulgurantes por ver a equipos que se pasan sobando el balón por horas, sería otro Catenaccio pero con mas toques de balón.

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